P A S E O S : D E N T R O









Con el timbre llega un paquete a mi casa, tras un mes de encierro. La nueva adquisición de mi mamá quien la bautiza "Kathy." Nombre que me parece ofensivo pues es el mismo de la señora que trabajaba hasta hacía unos meses en mi casa. A mi mamá le parece fantástico, quien, riéndose de su ingenio, abre la caja para liberarla -¿o?- en el suelo. Pulsa on, y aunque enojada por la reciente humorada, me acerco a mirarla.

Al día siguiente mi papá juega con ella, la persigue y aplaude sorprendido. Pienso en mi sobrino de dos años, que en su casa tiene una igual y mi hermana comenta que la persigue a todas partes.

Al cuarto día me la llevo a mi pieza.

La prendo y veo cómo trabaja. La encierro y me voy a hacer otra cosa. Vuelvo y la encuentro bien, solo que no ha sido capaz de llegar al otro lado de mi cama. Al parecer se encontró con unos obstáculos. La tomo mientras patalea tratando de aferrarse al piso y la dejo del otro lado. Después de un rato, la devuelvo a su casa.

Sabe encontrar su casa, basta solo dejarla cerca. Quizás no es tan rápida como me gustaría: avanza, retrocede, hace un giro en diagonal calculando el enganche y luego avanza certera. A veces no lo logra a la primera y debe repetir todo otra vez. Viendo esto me desespero e intento hacerlo por ella, pero parece que esto no resulta, ya que no se enchufa bien cuando soy yo quien la posiciona.

Los cables no le gustan. Hay que cerciorarse que estén levantados todos y mejor cerrarle las puertas, para que se focalice y no trate de abordar todo de una. Mientras la observo me doy cuenta de que hay espacios que se salta constantemente. Me pregunto si al dejarla más tiempo en cada lugar logrará resolver ese problema.

El otro día mi mamá me llamó gritando, que la ayudara, que se había quedado atascada y que no sabía cómo sacarla. La presión había hecho que se apretase el botón y apagara. Estudiamos un poco la situación y luego resolvimos: yo levantaría la cama y en un movimiento rápido mi mamá la sacaría de allí. Esperábamos que no se prendiera sola y se nos escapara otra vez.

Cuando termina de trabajar, duerme en el living.



Ven. Ahí le dije. ¿Cómo le dijiste? Por esta cosa donde dice casa. Ah. Y se va a acostar... Tiene que decir lo otro aquí, la otra casa. ¿A ver si se acuesta?. Puta la weona clever weón. Ni yo sé dónde queda mi casa, una cosa así. ¡Linda! se fue a acostar. Ahí se queda.









Le pone nombre. ¿Si? Se llama como Lizy! Ay le gusta ese nombre eh. ¿Cómo está limpiando abajo de la mesa? Cuando se hace, cuando se hace git git así, le gusta. Cuando se hace así girar como sabe girando, no le gusta. Cuando yo le dijo Lizy se ven. Yo acá me poní y yo le dije ¡ven! se ponió ahí. Se mueve. Solito se mueve esta.



Además de observarla a ella y sus interacciones con nosotros, me dieron ganas de explorar sus movimientos.

Entenderlos, testearlos y fantasear con poder encarnarlos.

A veces bailamos juntas, ella con la cámara y yo con mis indumentarias para imitarla.

Imagino que quizás nos fundimos, que lo que ella ve es lo que yo veo, que su movimiento reflejo antes de chocar, es el mío, y que cuando se atasca yo me atasco.

A ratos me aburre el experimento (ella lo hace muchísimo mejor que yo), pero con el insomnio se me ocurren nuevas indumentarias y posiciones y me vuelve a parecer un plan atractivo.



indumentarias

PASEOS

desplazamientos